Hace un par de temporadas, y muy sutilmente, South Park cambió parte de su esencia, con eventos que de a poco iban influyendo en los episodios siguientes. Esta temporada decidió volverse una serie parecida a las demás, con un hilo argumental que se continúa a lo largo de los capítulos.
Siempre fueron capítulos con tramas independientes, quizás con algún hecho se volvía a retomar en capítulos siguientes. Con la llegada del PC Principal, empezó a cambiar el panorama. Ya había pequeñas pistas indicaban que los capítulos finales irían hacia una dirección. Aquí, desde el principio, el viaje a Marte, los trolls y los daneses amenazando al mundo con publicar el historial de internet de todos, y las elecciones, con el señor Garrison ganando la Casa Blanca, fueron los hilos conductores de la temporada y no hubo capítulos que no hayan tocado estas temáticas.
Como dijimos, el chiste de Trump como presidente ya es real. El primer capítulo después de la elección fue raro. Fue muestra de la confusión, decepción y del asombro en relación con el hecho sucedido.
Si bien, los capítulos que siguieron mantuvieron a la serie en el carril de la narrativa de los trolls, la expectativa era que Matt Stone y Trey Parker retomen seriamente el tema Trump, de alguna manera. Con una respuesta clara, un halo de luz en medio de tanta sombra.
Sin embargo, murió ahí.
Encontramos parte de la respuesta, recientemente:
“‘South Park’ no puede con Trump” – Los creadores de la serie dicen que no van a dedicarle más burlas a Trump porque es demasiado difícil. Fuente: http://cultura.elpais.com/cultura/2017/02/04/television/1486207350_026645.html
“Es imposible parodiar lo que ya es una parodia”.
Sin dudas.
Muchas de las noticias, rumores y actitudes del presidente electo del país más poderoso del planeta definitivamente están por afuera del sentido común o de la imaginación simple. Ninguna película puede ser tan divertida, trágica y sorprendente al mismo tiempo. Cuando dicen que la realidad supera a la ficción, aquí se comprueba en todo sentido. Si alguien describiera en un guion todo lo sucedido con la llegada de Trump a la presidencia, nadie con dos dedos de frente podría aceptarlo al carecer de verosimilitud. Sin embargo, sucedió.
Por eso, esta temporada quedó completamente opacada por las elecciones. Quizás este nuevo desafío de la serie por esta temporada “continuada” haya sido acertado o desacertado, en la comedia y los giros dramáticos, pero la sensación es que quedó algo sin terminar.
Cuando la historia sucede somos esclavos de ella. Cuando algo altera el sentimiento de las naciones, esas marcas se notan. Hay fechas que quedan en la memoria popular, mencionarlas no tiene sentido. Después se recuerdan de distintas formas, según se haya sucedido el futuro. Tampoco es igual para todos, obviamente debe haber mucha gente contenta o esperanzada con Trump.
Por eso la vigésima temporada de South Park empezó y amagó con quedar en la historia por lo graciosa, y terminó hundida por los hechos, por el propio peso de lo que la rodeó.
Este fragmento del anteúltimo capitulo es demasiado esclarecedor. Allí Kyle aparece dentro de la iglesia gritando «Esto no parece South Park, ¿Qué nos pasó? Aparecía un desafío y lo encarábamos, para ir al siguiente»:
La serie cambió su esencia en el momento que menos lo esperábamos, cuando no lo tenía que hacer. Quedamos esperando la parodia definitiva y nos encontramos con la impotencia. Parker y Stone se quedaron tan atónitos como el resto de sus compatriotas y se resignaron ante la realidad grotesca. Los nombres de los capítulos lo expone también (Capitulo 10: The End of Serialization as We Know It. Capitulo 9: Not Funny. Capitulo 8: Members Only. Capitulo 7: Oh, Jeez). Esto demuestra que ni aún en los momentos más dramáticos, todos pueden reaccionar de la mejor forma. Ni aún mostrando entereza casi siempre.
Aún así no creo que no vuelvan a parodiar a Trump. Es demasiado grande.
Pero fue una lástima que lo hayan desaprovechado esta temporada.
Por Germán Morales.
