Cine Crítica

Crítica: Finding Vivian Maier (2013) Dir. John Maloof y Charlie Siskel

Lautaro Olivera
Escrito por Lautaro Olivera

Descubriendo a Vivian Maier (Finding Vivian Maier, Estados Unidos/2013)

Guión y dirección: John Maloof y Charlie Siskel Elenco: Phil Donahue,John Maloof, Mary Ellen Mark, Joel Meyerowitz, Tim Roth  Duración: 83 minutos.

 

Se dice que para trascender a la muerte se debe dejar una obra, un legado. Aun cuando esta sea revelada tarde y con su autora fuera de la escena. Pero muy presente como siempre, del otro lado de la cámara. Finding Vivian Maier, trata precisamente sobre eso: es la historia de una revelación.

Con 6 premios y 15 nominaciones, incluida una a los Oscars en 2015 como “Mejor documental”, no fue nada difícil encontrarse con Finding Vivian Maier. No al menos, en este momento.

La historia es contada en primera persona por un tal John Maloof, que por casualidad se encuentra comprando una caja de negativos en una subasta cualquiera a nombre de una tal Vivian Maier y tiene la capacidad de percibir que estos tienen algo especial, los publica online y al recibir un enorme reconocimiento por parte del público, se emprende en una búsqueda arqueológica sin retorno queriendo descubrir quién era en realidad esta talentosa artista y porque su excelente obra, nunca salió a la luz.

Vivian Maier resulta ser una niñera. Solitaria. Sin parientes conocidos y sin ninguna pareja. “¿Y porque una niñera se dedicaría a sacar tantas fotos?” se preguntará Maloof. Su búsqueda lo llevará a encontrarse con un depósito de almacenamiento que contiene todas las pertenencias de Maier. Entre ellas, tickets, recibos, notas, cupones, volantes, boletos. Y 100.000 negativos sin revelar. 700 rollos de película en color sin revelar. Y 2000 rollos de película en blanco y negro, sin revelar”. Una acumulación exuberante de objetos que el hombre considerará como un mapa a interpretar.

Aparecen en escena curadores y fotógrafos, maravillados con su trabajo. Y gente que la conoció, incluidos los niños ahora adultos que en su momento cuidó. “Siempre con su cámara en el cuello”, su trabajo supo retratar a la perfección la vida urbana neoyorkina, mayoritariamente entre los ’50 y los 70’(o al menos en el material que se ha encontrado de ella). Siempre buscando lo particular, lo bizarro. Pero en un estilo grotesco y con mucho sentido del humor. Sus intereses artísticos también revelaban una persona con una faceta de cierta oscuridad. Un personaje excéntrico por donde se lo mire, misteriosa, que no quería contarle su nombre a nadie, no dejaba entrar a nadie a su habitación celosamente cerrada con llave, impostaba un exagerado acento francés y caminaba como si fuese un militar marchando.

La inmanencia del personaje talentoso que no se deja ver, genera una atracción irresistible. Conjugada con las ganas de un investigador que emprende un viaje solo atraído por su curiosidad y ganas de darle a Vivian el reconocimiento que merece (cargándose con él no solo la investigación, sino la publicación de sus fotos en museos y este documental en sí) la historia se va descubriendo progresivamente, al ritmo del relato de los que la supieron conocer. El punto fuerte de la cinta es el cómo están ilustrados estos relatos: con las fotos de Vivian. Que más allá de lo intrigante que pueda resultar el personaje, es lo más atractivo de la película en sí. Otorgándole la belleza necesaria para hacerla digna de verse, digna de ser nuevamente descubierta.

Por Lautaro Olivera

Acerca del autor

Lautaro Olivera

Lautaro Olivera

Licenciado en Psicología (UBA). Alexander Payne, Evangelion, Bojack Horseman y superheroes. Colaborador en las secciones CINE y SERIES en Proyector Fantasma.