Cine Crítica

Comentarios sobre The Babadook (2014) Dir. Jennifer Kent

Pablo Sebastián Pons

DONDE VIVEN LOS MONSTRUOS

A pesar de las formas contemporáneas de la industria del cine, donde se aprueban o desaprueban proyectos en base a su potencial económico, parece que el cine de autor, o por lo menos de directores con urgencias artísticas, parece abrirse camino de maneras no convencionales. En este caso, el irrisorio presupuesto inicial de poco más de 30 mil dólares de la producción australiana The Babadook fue recaudado mediante Kickstarter, plataforma web donde el público financia los productos que (probablemente) más tarde consumirá, el financiamiento popular como una suerte de paradoja artística. The Babadook es la historia de Amelia (Essie Davis), una madre angustiada por la muerte del marido, que lucha a su vez contra el miedo de su hijo Robbie (Daniel Henshall) a un monstruo que parece acecharlos a partir de la aparición del libro que da nombre a la película. La ópera prima de Jennifer Kent irrumpió en los numerosos festivales en los que se presentó alrededor del mundo (el Sundance como el mas destacado), provocando, como varios afirman, el elogio y hasta la ovación del público.

Ya se ha dicho en este sitio en varias oportunidades y por varios autores que el cine de terror viene recorriendo el mismo camino hace ya varios años. Como el hombre que tropieza varias veces con la misma piedra, no hace falta más de una mano para contar los temas en los que el género viene incurriendo: posesiones, horror gore o espíritus con asuntos pendientes en la tierra han sido revisitados con más regularidad que George Romero a la temática zombie. A veces con consistencia (El Conjuro), la mayoría con una insistencia torpe (la saga El Juego del Miedo) y las menos con originalidad (La Cabaña del Terror, El Exorcismo de Emily Rose), el terror mainstream del siglo XXI se va diluyendo en lugares comunes, el poco (o nulo) riesgo y el escaso cine de autor. Aunque este no pareciera ser el caso de The Babadook.

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Más cerca de Anticristo (Antichrist, Lars Von Trier) que de El Conjuro (The Conjuring, James Wan), el largometraje de Kent logra sostener, terror psicológico mediante, una tensión en base a la angustia latente de la protagonista, pero es en esos demonios que provocan las tragedias personales y como sobrellevarlos donde The Babadook se asemeja a aquella obra tan perturbadora e incómoda de Lars Von Trier. Sumido en una profunda depresión, la película del polémico danés contaba la historia de una joven pareja que debía superar la muerte de su hijo. Si bien no era una película de terror por definición, Anticristo era oscuridad total: literal, en el tratamiento de sus colores, y metafórica, por las formas (que no arruinaremos en este artículo) de la pareja de atravesar el duelo.

Pero ese monstruo no es explicito, nunca lo vemos claramente, es casi una metáfora de la que solo tenemos lo visualmente necesario para que nuestra mente haga el resto. Irónicamente, The Babadook no es acerca del Babadook en sí mismo, así como la trama no tiene al susto porque-sí como objetivo. Y en este sentido, no es menor la concepción que tiene Robbie sobre el monstruo que lo acecha. Jennifer Kent demuestra firmeza en su pulso narrativo, confía constantemente en la capacidad insinuadora de los gestos o actitudes y no necesita de aquellos sustos sorpresivos que el cine industrial considera un fin y no un medio hacia el terror. The Babadook va construyendo lentamente la eclosión de los demonios maternos sobre una angustia pasiva pero omnipresente, acomodada en un ritmo constante y seguro de sí mismo. Aunque no escapa a determinados lugares comunes, Kent es lo suficientemente inteligente como para usar estos chiclés a favor e insertarlos en función de la fluidez de la trama y no de la efectividad del momento.

Aunque es un film original en un planteo y temática que descansan en el beneficio de sobresalir de la mediocridad del cine de terror contemporáneo, esta producción australiana no es un prodigio y lejos está de romper los paradigmas del cine de terror. The Babadook parece ser más producto del incansable marketing de las ovaciones incomprobables y el tan mentado boca-a-boca (que supo imponer a películas sobrevaluadas como The Blair Witch Project), que de una mente maestra que sepa heredar los talentos de Hitchcock.

The Babadook es un largometraje cuyo terror se basa en las formas de lidiar con la tragedia y, principalmente, canalizar la pena de Amelia. Antagonista del terror hollywodense que alaba lo explicito, el largometraje de Kent es una voz alternativa que nos advierte que los demonios y los monstruos nunca viven en el placard, sino en un lugar más terrorífico: la mente humana.

por Pablo S. Pons

Acerca del autor

Pablo Sebastián Pons

Pablo Sebastián Pons

Periodista. Colaborador en las secciones Crítica de Cine y Crítica de Series