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Westworld: comida para los foros de Internet

Germán Morales
Escrito por Germán Morales

Al tratarse de uno de los estrenos más esperados y anunciados del año, se puede decir que Westworld (HBO) cumple con las expectativas de despertar el interés de sus espectadores. Todavía queda pendiente saber si cumplirá el objetivo de estar a la altura de Game of Thrones, pero podemos afirmar que se trata de una serie con un argumento que despierta incógnitas y teorías de las más locas entre los fanáticos, al punto de compararla con Lost (hagan el ejercicio de googlear “lost + westworld” y verán la gran cantidad de posteos que hay).

Lo cierto es que si bien J.J.Abrams está detrás de este producto y podemos encontrar a Jonathan Nolan (hermano y colaborador del célebre Christopher), personalmente puedo afirmar que Westworld, genera en mí, la misma expectativa y ansiedad que la serie de los pasajeros perdidos en la isla.

Westworld tiene mucho misticismo, mucho juego con los conceptos del bien y el mal (de la misma forma que Jacob y su hermano en Lost), despierta preguntas sobre la actitud de los personajes y sobre el surgimiento del parque.

Como otras series en las cuales ya sabemos que se va a pudrir todo (o por lo menos sabemos hacia donde se dirigen) lo que se disfruta es el camino y los primeros capítulos se encargan de ubicar las piezas en los dos (o ambiguos) lados del tablero.

La religión de los robots

El camino es la rebelión de los robots, pero la palabra clave es la inteligencia artificial. Mucho se ha hablado de los peligros que puede ocasionar en el futuro, desde Issac Asimov y Terminator hasta Elon Musk. Ya pasó 1997, 2003 y más, y Skynet todavía no asoma. Los robots actuales están lejos de tener una apariencia humana y la tecnología no avanza a la misma velocidad que la ciencia ficción.

Pero todavía nos queda la ciencia ficción.

Westworld es un parque de diversiones en el cual los humanos que lo visitan, viven la experiencia de estar en el lejano oeste norteamericano. Sus habitantes son robots humanizados que están programados de tal forma que no pueden recordar y tienen un rol fijo. Están los pistoleros, los valientes, los cobardes, las mujeres de casa y de cantina. Hay robots de primera generación que evolucionan con la tecnología y otros que se van renovando por las distintas tramas que insertan. 

La regla básica del parque es que los humanos no pueden ser lastimados por un robot. Si sufren un disparo, los hombres no tienen consecuencias, en cambio los robots mueren y son recauchutados para volver como si nada.

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Mientras vemos la vida del parque, también podemos apreciar que es lo que sucede del otro lado del mostrador. Ahí se encuentran los trabajadores y técnicos que se encargan de supervisar que todo suceda sin inconvenientes, liderados por el Dios del parque, Ford (Anthony Hopkins).

El que muere más veces gana

A medida que avanzan los capítulos nos enteramos que ya pasaron 30 años del inicio del parque. Y que había otro creador, Arnold, que murió dentro del parque. Más allá que todavía nos queda demasiado por conocer y hay mucho por especular, el centro de la serie está en ese dilema, en la diferencia entre los dos creadores. La revolución parece (que será o fue) obra de un bug, o un rastro, que dejó Arnold en los robots de primera generación. Todo lo desarrolla, en estos primeros capítulos, Maeve (Thandie Newton), la madamme del prostíbulo, que logró cierta autonomía. Sin embargo, hay algo más detrás de eso.

También hay rastros que sugieren que Arnold quizás no está muerto.

En fin, más allá de esas especulaciones y teorías (que más adelante querremos tratar), Westworld se mete con los humanos, con sus ambiciones, sus motivaciones y, sobre todo, su impunidad. El parque muestra la perversidad humana en su máxima expresión. Usan a los robots como muñecos para tener sexo, matar o destruir sin consideración, a pesar de su clara apariencia humana.

Como expresamos anteriormente en otro artículo, el lejano oeste es la metáfora favorita de Hollywood para hablar de la vida sin autoridad ni regla. El caos y la vida antes del progreso, la libertad y los valores de la democracia clásica. En Westworld, como en su película de 1973, los humanos van a divertirse y a saciar sus deseos más primitivos, a volver a ese mundo anárquico sin ley ni castigo, pero sobre todo, sin consecuencias.

No sabemos cómo es la vida por afuera del parque. Se puede especular con lo controlado que está el mundo y con las necesidades de los huéspedes para llegar a ese nivel de perversidad, pero lo cierto es que ese es uno de los puntos más interesantes para esperar del futuro de la serie, qué quizás no tomé, pero por lo menos me interesa en su evolución. ¿Cuánto puede decir Westworld sobre el futuro de la sociedad humana?, ¿Cuánto profundizará sobre la mente humana en función de poder y ley?

Roles de género

Hay dos cosas que se deben decir sobre la presencia de las mujeres y los hombres en Westworld. Como Game of Thrones en un principio, Westworld es la pulsión más básica de un mundo machista. Violencia, mujeres como objeto y sin decisión. Los huéspedes protagonistas son principalmente hombres, eso ya dice demasiado sobre los hombres y su brutalidad machista. Pero también la dirección parece encaminarse hacia un mundo donde la mujer tendrá más protagonismo.

En el Game of Thrones de hoy, Cersei, Daenaerys, Sansa y Arya son algunos de los personajes importantes con poder de decisión pero tuvieron que ganarse su espacio. Al principio la serie pareció mostrar mujeres por el sexo y hoy ya es básicamente un matriarcado.

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Westworld no fue tan explicito como Game of Thrones en cuanto al sexo, pero se ve que las mujeres van a tomar el poder. Dolores (Evan Rachel Wood) tiene una centralidad importante, marcada a fondo con Arnold, y de Maeve ya hablamos, es quien empieza a liderar la rebelión de las máquinas. Ese es otro tema analizable de la serie, hacia donde irá entre las relaciones de hombre-mujer. Un cuestionamiento que se puede hacer es que las series empiecen siempre con el mismo estereotipo de hombre o mujer. A pesar que después cambie, es como que deben marcar fuertemente ese contraste, pero bueno, eso ya es otra discusión.

En definitiva, Westworld habla de ética, futuro, ser humano, cuerpos y misticismo. Muchos temas hermosos para especular, jugar y hacer teorías y divertirse. Por eso es recomendable, más allá de su argumento bien armado y bien llevado. No hace falta mencionar la calidad habitual de HBO en sus series. Más adelante hablaremos de algunas de las teorías que circulan, que dejan mucho lugar para divagar bastante. Como Game of Thrones. Como Lost. En ese sentido, Westworld ya cumplió con la previa, veremos cómo le va con el rating. Ese cruel dictador.

Por Germán Morales

Acerca del autor

Germán Morales

Germán Morales

Lic. en Comunicación Social (UBA). Creador y redactor de Proyector Fantasma. Responsable de la sección SERIES.