Retro

Domingos Retro: Suburbia (1983) Dir. Penelope Spheeris

Germán Morales
Escrito por Germán Morales

Revisitar al Punk

El punk, más que un género musical, fue una actitud frente a la vida. Un grito artístico contra los problemas sociales y económicos que estaban sucediendo a fines de los setentas en Inglaterra y los EE.UU., pero también fue un grito contra la solemnidad del rock progresivo y sinfónico. No fue el primer movimiento artístico en rebelarse contra lo establecido, ni la primera vanguardia en establecer sus propios valores.

Suburbia, la película de Penelope Spheeris, más allá de mostrar el conflicto punk de un grupo de adolescentes que se agrupan y arman su comunidad, frente al rechazo del resto la sociedad (sobre todo contra los rednecks y los más reaccionarios), también demuestra y exhibe el problema del punk en el diferenciar su forma de vida por fuera de lo establecido.

La casa okupa de suburbia, que ocupan los protagonistas, se encuentra en medio de un terreno baldío, ocupando el lugar en el centro. La metáfora más clara es la casa como isla y el terreno como agua, como la barrera y muralla que marca la diferencia con el resto de la sociedad que los margina, excluye y discrimina.

suburbia-casa

Esa casa es el rejunte de muchos jóvenes que escapan de un hogar problemático. La casa y la comunidad que se genera les da a sus protagonistas un aire de libertad inédita para ellos, todo es posible. Allí se encontrarán con jerarquías y claros protagonistas, todos los avalan porque tiene que haber una defensa, alguien que ponga las reglas. Aunque nunca estos líderes imponen la ley de forma vertical.

El vínculo de protección, más allá de establecerse internamente, también necesita ser respetado en el exterior, y es gracias a un oficial de policía que tiene un parentesco con uno de los líderes.

Punto de conflicto número uno, justamente es la ley, el estado, a través de su fuerza de represión primaria, la que contiene a la nueva sociedad por nacer. Algo muy apartado del espíritu punk y el anarquismo. Quizás ese oficial sea un rebelde a la fuerza policial que desobedece la autoridad vertical de la institución. Pero hay ahí una paradoja muy grande.

La sociedad nueva y diferente de Suburbia no desea establecerse ni por afuera de la ley convencional, ni en rebeldía con ella, sino intenta establecer sus parámetros y valores dentro de la misma, y el principal enemigo son los mismos vestigios reaccionarios de la sociedad, no la sociedad en sí.

La autoridad policial les confirma que los deja ser y sobrevivir mientras no generen kilombo, pero la misma anticipación del oficial es la confirmación de un conflicto inevitable. Porque se lo impone esa sociedad que no los acepta. Suburbia no es un mensaje punk contra el capitalismo, ni contra el Estado-Nación, ni contra nada, es la confirmación de los dominadores y de la inevitable derrota de la nueva sociedad.

Como también se confirma en SLC Punk, aunque en este último haya sido más concreto y directo en su mensaje final. También porque la producción de un film fue en 1983 y la otra en 1998.

Por eso no hay que considerar al punk como un movimiento homogéneo, por más que tenga puntos en común en los distintos países que surge. No es lo mismo el punk en los EEUU, en la URSS (como vimos en el este documental), que en Inglaterra, cuna de la clase trabajadora, más ideologizada y con problemas sociales más firmes a fines de los setentas.

been-caught-stealing

Lo más valorable de Suburbia es el rescate de la estética punk y la descripción de haber sido la contención de esos chicos violentados por sus padres. La violencia está en otro lado, no en el punk, y los jóvenes que fueron hacia el punk fueron víctimas de esa falla de la sociedad.

Y, ¿las tribus urbanas de hoy?

También es bueno verla en retrospectiva. El establecimiento de las tribus urbanas con valores propios que se diferencian del resto de la sociedad continúa vigente, pero parecen más difusos que antes. Estas identificaciones no se agrupan en un colectivo, sino en microsociedades cada vez más individuales pero homogéneas.

Sobre todo en el rock que, a pesar de continuar agrupando grandes masas de fanáticos en los estadios, parece haber perdido algo difícil de explicar.

Internet es gran responsable de esa situación con las tribus urbanas, pero también de la impunidad del anonimato y de la violencia verbal gratuita.

Al desvariar un poco y llevarlo a un tema sin relación, uno piensa en la forma de reclutamiento de los grupos extremos islámicos que mayoritariamente ocurre en internet y se dispersa por todo el mundo donde haya una injusticia contra los musulmanes. Antes ese reclutamiento ocurría en las calles, en los barrios.

Volviendo al tema, tanto SLC Punk como Suburbia, muestran algo que hoy parece tan lejano como utópico. Vivir aunque sea dos minutos por afuera de la sociedad de consumo.

Eso tampoco significa que todo tiempo pasado fue mejor, pero actualmente parece haberse perdido esa visión, por lo menos en los mensajes, la ilusión y la esperanza que se brinda a través de la música.

Hoy esas luchas se ven representadas en otros movimientos más abarcativos o políticos, y quizás no se representan a través ningún movimiento artístico concreto.

Por eso, Suburbia es un clásico punk y es tan agradable verla (más allá de alguna escena reprochable cerca del principio de la película). Primero, porque toma directamente lo que era el punk en los EE.UU, muy diferente de lo que era en Inglaterra. Segundo, porque hay pocos actores profesionales y aparece Flea (bajista de los Red Hot Chilli Peppers).

Tercero, porque lleva incorporado un discurso tan genérico y como mítico: “un grupo de chicos que tomaron una casa y viven allí bajo sus propias reglas, sin autoridades ni prohibiciones. Una comunidad independiente que confronta contra la podredumbre de la sociedad reaccionaria”.

Claro que esto último es a medias, porque este grupo sobrevive gracias a la policía que les permite vivir allí y puede pasar de largo para el fanático. Aún así, Suburbia sigue siendo música para los ojos de que desee ver una película sobre el rock.

Por Germán Morales

Acerca del autor

Germán Morales

Germán Morales

Lic. en Comunicación Social (UBA). Creador y redactor de Proyector Fantasma. Responsable de la sección SERIES.