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Crítica: Beasts of No nation (2015) – Dir: Cary Joji Fukunaga

Germán Morales
Escrito por Germán Morales

Ficha técnica de la película. Título original: Beasts of No Nation; Año: 2015; Duración: 137 min.; País: Estados Unidos; Director: Cary Joji Fukunaga; Guión: Cary Joji Fukunaga (Basado en la novela de Uzodinma Iweala); Música: Dan Romer; Fotografía: Cary Joji Fukunaga; Reparto: Abraham Attah, Idris Elba, Richard Pepple, Opeyemi Fagbohungbe, Ama K. Abebrese, Grace Nortey, David Dontoh; Género: Drama. Bélico.

La guerra en los dos lados del mostrador

Al toparse con esta producción de Netflix, hay dos detalles que atraen antes de leer el argumento. Cary Fukunaga, director de la primera temporada (nos gustaría decir única) de True Detective, e Idris Elba (Luther y, el viejo y querido, “Stringer» Bell en The Wire). Dos elementos que, por lo menos, obligan a tenerla en cuenta.

Al leer el argumento se hace más interesante todavía. Se trata de la historia de  Agu (Abraham Attah), un niño menor a los 10 años, que se encuentra en una nación de África que sufre las consecuencias de una guerra civil, se ve separado de su familia y forzado a ingresar a una guerrilla que busca “justicia”.

La nación de África, no se sabe, no se menciona y no importa. Tampoco los motivos de la guerra civil, ni la historia de la puja política y social.

Solo se sabe el contexto de “zona neutral” inicial, los problemas de la guerra y como se intenta vivir una vida normal, a pesar del problema.

Si hasta acá suena duro, en imágenes no se ahorran en momentos difíciles. El relato no intenta brindar un manto de piedad a la situación que se vive. El pobre Agu pasa de ser víctima, a ser victimario de crímenes horribles. Todo justificado por el contexto y por el drama de no tener otra escapatoria, de falta de oportunidades.

Nada justifica ningún tipo de violencia. Pero esta película es muy útil para entender el motivo del éxito de las organizaciones terroristas actuales, como Boko Haram (para tomar un ejemplo africano) o Daesh (ISIS), que no tienen problema en conseguir adeptos sin escrúpulos y sin consideración por la vida ajena.

Beasts of No Nation habla desde el título. Habla desde las entrañas, desde el manejo psicológico y en el reclutamiento. No se trata de la denuncia vacía, se trata de las condiciones por el cual se generan soldados que siguen órdenes.

Los efectos visuales y los silencios son una constante en el film. Reflejan mucho desde lo artístico y encaran el infierno de una forma concreta, al cambiar la fotografía a un rojizo que arde. Quizás es muy literal, pero la película no busca ocultar nada. Muestra muy bien y explícitamente el paso de Agu de víctima, a victimario.

El final es esperanzador, a medias, porque muestra que hay rehabilitación, pero no es muy optimista. No tiene porque serlo pero lo intenta. Es esperanzador porque que se puede concientizar y recuperar a una persona que está “muerta en vida” por todo lo que vivió. Pero no es optimista porque muestra que ese camino de guerrero es un camino de ida y es muy difícil de retornar.

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Idris Elba hace de un comandante, muy bien caracterizado, que exhibe un poco la crueldad política y la particularidad de África a nivel guerra civil. Su evolución muestra más bien como un conflicto y las promesas de poder pueden generar otros conflictos paralelos. El actor inglés interpreta muy bien a un comandante que hace de padre frente a sus pequeños seguidores. Quizás un papel sin demasiados matices en cuanto a lo emocional, pero que si imparte su dureza y su estirpe de líder de guerrilla con fortaleza.

Beasts of No Nation no es una película amigable para todos los públicos. Como toda película bélica, la injusticia es lo que resalta, pero aquí la crueldad de sus protagonistas es lo más complicado. Es difícil de digerir aún cuando pueda existir de parte del espectador alguna familiaridad con el tema, o por lo menos conciencia con la dura vida de algunas guerrillas marginales. Pero no es sencillo ver un niño cortando un cráneo con un machete, entre otras escenas. En eso Abraham Attah supo mostrar el dilema y el dolor de Agu con excelencia.

Pero se trata de un retrato que exhibe la bestialidad de la guerra que aún hoy, con tantas masacres dando vuelta, parece difícil de incorporar.

También muestra que esa bestialidad es fácil verla desde un sillón pero es incomprensible desde un canal de noticias.

Por Germán Morales

Crítica de la película
Fecha
Película
Beasts of No Nation (2015)
Puntaje
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Acerca del autor

Germán Morales

Germán Morales

Lic. en Comunicación Social (UBA). Creador y redactor de Proyector Fantasma. Responsable de la sección SERIES.